15.1.07

¡Llegó el análise del quéiwor! ¡Volvió la alegría, vieja!

Fue un gran acierto llamar a este blog "Fotos de Lily". Más allá del homenaje a la bellísima canción de los Who, ese nombre –y el hecho de escribir sobre cualquier cosa– genera empatía con las más brillantes búsquedas de Google.
Aún a riesgo de parecer monotemático, no puedo dejar de dedicar un post al reciente keyword analysis que me acerca el Statcounter. Eso sí: estoy demasiado contento, así que dejaré que la imagen hable por sí misma:

(Si no podés leer bien porque tenés una configuración de pantalla berreta o un astigmatismo galopante, hacé click sobre la imagen.)
Me enorgullece ser el destino final de los usuarios que están tras fotos quemadas, o de homosexuales griegos (todo bien, pero la fotografía no se había inventado en el esplendor de la Grecia antigua, ¿serán fotos actuales?); o que alguien tipee "Me sale" en el Google y el buscador lo envíe aquí. Me agrada la perseverancia de quienes esperan que les brinde fotos de cafés con piernas, de sus amigas o su ex o, cómo no, de su gacela. Me gustan las búsquedas ridículas. Me encanta estar a cargo de este lugar extraño. Gracias por venir, ¡y que sigan los éxitos!

4.1.07

Mockers vs. Shakers

Esta tarde comenzó mi carrera como periodista. No sé cuánto he de correr (siempre fui el peor alumno de cualquier clase de educación física), pero aquí estoy, escuchando a Los Mockers e intentando escribir sobre ellos. Me encargaron una nota sobre la rivalidad entre éstos y Los Shakers. No existió, hasta donde yo sé, nada parecido a eso. El error nació cuando propuse escribir sobre los salvajes y olvidados Mockers, tan buenos como los Shakers e injustamente ignorados hoy. El director de la revista leyó la propuesta y me dijo que le encantaba la idea de publicar una nota sobre "la rivalidad Mockers-Shakers". Tal vez mi comparación fue torpe o inoportuna, pero no pude responderle otra cosa más que "de acuerdo". No me atreví a decirle que no había entendido mi propuesta, ¿qué juicio se formaría de mí si no soy capaz de escribir una oración que no deje lugar a dudas? Por eso acepté. Sí, futuro jefe, esa rivalidad existió. O la inventaremos. Abro una Heineken y empiezo a armarla. Será real para el número de abril. Créame.